martes, 17 de marzo de 2015

Torrijas de Leche y Vino Dulce

Ya se acerca la Semana Santa y, como cada año, no he podido resistirme a hacer este dulce típico. Aunque existen mil versiones distintas (y yo detesto las de miel), me quedo con estas de leche y vino que resultan super fáciles de hacer y mucho más de comer. ¿Alguna vez os habéis preguntado cual es su origen? Aquí os dejo lo que he encontrado en Wikipedia y os animo a que las disfrutéis en familia. Bon appétit! :)


" En España la torrija o torreja aparece ya documentada en el siglo XV, citada por Juan del Encina: «miel y muchos huevos para hacer torrejas», al parecer como plato indicado para la recuperación de parturientas. Las primeras recetas se remontan al Libro de Cozina de Domingo Hernández de Maceras (1607) y Arte de cozina, pastelería, vizcochería y conservería de Francisco Martínez Motiño (1611). La torrija era a comienzos de siglo XX muy habitual en las tabernas de Madrid y se servía con vasos de vino (chatos).
Ya en el siglo XIV, el recetario Le viandier de Taillevent presentaba la receta de las «tostadas doradas» (tostées dorées), que se rebañaban en yema de huevo batido antes de pasarlas por la sartén y espolvorearlas con azúcar.
Su asociación a la cuaresma se debe tal vez a la necesidad de aprovechamiento del pan sobrante, que, durante el tiempo en que no se podía comer carne, era por ello menos consumido, aunque las familias elaboraban la misma cantidad".


Torrijas de Leche y Vino Dulce

Ingredientes:

- Un paquete de pan especial para torrijas.
- Medio litro de leche entera.
- Una rama de canela.
- Dos huevos.
- Dos chupitos de vino dulce.
- Azúcar y canela en polvo.
- Aceite de girasol.

Preparación.

1. Hervimos la leche con una cucharada de azúcar y la rama de canela. Dejamos enfriar completamente, de lo contrario las torrijas se romperían.
2. Una vez retirada la canela, añadimos dos chupitos de vino dulce y movemos. Reservamos.
3. Cogemos dos platos hondos y batimos en uno de ellos los huevos y ponemos en el otro una mezcla de azúcar con un poco de canela molida. Tened cuidado y no os paséis con la cantidad de canela pues mataría el resto de sabores. La proporción de azúcar debe ser siempre mayor. 
4. En una sartén, vamos calentando el aceite. Mientras tanto, cogemos las rebanadas de pan y las vamos sumergiendo en la leche de forma que se empapen bien y absorban bastante leche. Ojo y no os paséis de tiempo, se os pueden deshacer. 
5. Una vez pasadas por leche, escurrimos un poco y pasamos ambas caras por el huevo batido. 
6. Finalizado el proceso, freímos en el aceite bien caliente hasta que estén doradas.
7. Cuando las torrijas se hayan enfriado, rebozamos una a una por la mezcla de azúcar y canela y servimos.


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